Carlos Iglesias sorprendió al público y a la crítica hace ya unos años con Un Franco, 14 Pesetas. Su retrato amable y sencillo de la emigración de los españoles a Suiza durante los años 60 conmovió y divirtió a partes iguales.
Para su segunda película, Ispansi, Iglesias ha decidido contar la historia de los niños de la guerra, que durante la Guerra Civil huyeron de España mayoritariamente hacia tierras rusas.
Partiendo de los testimonios de decenas de niños de la guerra, Iglesias ha creado un relato de ficción que en ningún momento pierde verosimilitud. Los asistentes al preestreno remarcaban el realismo de los lugares y las situaciones. `Yo conocí un refugio de guerra como ese´, comentaba un asistente emocionado ante las recuerdos que la cinta le traía.
Carlos Iglesias sabe `tocar´ el corazón del espectador y ese es su mayor mérito. Si Un Franco, 14 Pesetas era una película de una sencillez abrumadoramente inteligente, aquí nos encontramos con un proyecto más grande, tanto en lo económico como en sus pretensiones.
Uno de los aspectos que más llama la atención es el reparto. Caras totalmente desconocidas para el gran público, pero no por ellos menos efectivas. El trabajo del propio Iglesias y de Esther Regina, nominada a los Premios de la Unión de Actores, merecen especial mención. Tampoco sería justo olvidarse del trabajo de Bruto Pomeroy. Todos ellos dan esa sensación de verosimilitud, de esa verdad que destila la película. Quizás con un reparto identificable por el gran público, no se sentirían tan identificados con sus historias.
Ispansi narra superficialmente la historia de los niños de la guerra, pero sobre todo es una gran historia de amor. Demuestra que en el amor es más importante lo que se siente que la mismísima ideología.
Se nota el esfuerzo de Carlos Iglesias por sacar adelante este proyecto rodado en condiciones meteorológicas totalmente adversas. El frío era algo real cuando llegaron a rodar hasta a -20 º en Suiza. Si , en Suiza no en Rusia por dificultades de producción. Ahora bien, el resultado parece, previo paso por la siempre necesaria digitalización, estar rodado en la mismísma tierra de los zares.
Pienso que cuando se hace algo tan perfecto, una maquinaria tan bien construida como lo fue Un Franco, 14 Pesetas, dar un paso hacia adelante es necesario, pero también peligroso. Quizás en esta cinta, impecable en aspectos como la interpretación o la ambientación, el guión no sea del todo perfecto. En mi modesta opinión, no se profundiza del todo en la historia de los niños de la guerra, sino que los verdaderos protagonistas son Carlos Iglesias y Esther Regina. Es solo una percepción personal, pero creo que la película hubiese ganado enteros si las historias de los niños ocupasen un plano más principal.
Uno de los aspectos más destacables de la película es su planteamiento de la Guerra Civil. Estamos acostumbrados a ver siempre las típicas estampas de buenos y malos sin miramientos. En Ispansi, los buenos no son tan buenos y los malos tienen un puntito de buenos. Aquí, se muestra como la División Azul ayudó a sus compatriotas comunistas en tierras rusas. En el lado contrario, se muestra la quema de objetos sagrados por la izquierda. Todo ello sin dejar de mostrar a sus personajes, algunos muy idealistas, con un punto de entereza y de coraje de excepción. Iglesias cree en sus personajes, con sus propias dudas y los defiende hasta las últimas consecuencias. Ispansi da un paso hacia adelante en el retrato, en ocasiones demasiado simplista, del conflicto al que nos tienen acostumbrados desde cierta parte del cine español.
Tecnicamente de una maestría incontestable, se presenta como una buena película que nos deja con un buen sabor de boca a la espera de la tercera película de Iglesias que como comentó en LA ESPAÑOTECA será una comedia. Desde ayer 4 de marzo en salas comerciales tenéis la oportunidad de disfrutar de esta cinta que redescubre un pasaje de nuestra historia desconocido para los más jóvenes.
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