Amparo Soler Leal, que ha participado en 8 de sus películas, se refirió a la relación personal con el director, al que, además le unía el vínculo de Alfredo Matas, productor de algunas de las películas de Berlanga y marido de la actriz. "Me he quedado coja al perder a dos personas tan importantes en mi vida". Soler Leal se retiró hace un año para dar paso a " una nueva generación fantàstica de actores, donde yo no encajo". Una actriz "muy natural, que no fuerza los sentimientos". Para ella "Berlanga es el mejor director del siglo XX, solo hay que ver el final de La Vaquilla para darse cuenta de lo grande que era".
Sacristán se refirió a la pena que le supuso no poder participar en más películas del director. Quiso contar con él en Moros y Cristianos y en París Tombuctú, pero a Sacristán le fue imposible. En una época en la que aún existían los "actores de cuadro", Berlanga consiguió sacar toda la humanidad de estos actores secundarios que habían nacido en el teatro de la declamación y el repertorio. La sabia de esos actores secundarios que no interpretaban, sino que eran ellos mismos, es irrepetible. Para Sacristán fue "un verdadero honor recoger el testigo de estos actores". Los que vinieron después, trataron de mantener la dignidad de los trabajos de esos actores. Berlanga " no era un director de actores, una vez que entrabas en sus elencos te dejaba a tus anchas".
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